LET'S BLOGG!
Hace 15 años
domingo, 31 de diciembre de 2017
martes, 26 de diciembre de 2017
viernes, 15 de diciembre de 2017
martes, 12 de diciembre de 2017
Sábado, 2 de diciembre de 2017
“la
transdisciplinariedad es una tentativa por conseguir el equilibrio entre el
saber y el ser”
Basarad Nicolescu.
La visión
transdisciplinar aborda la realidad holísticamente, motivando la creatividad
ontoimplicadora en el arte de mediar los aprendizajes que da cuenta de un
pensamiento divergente en la interacción social del hombre
planetario en la comunidad viva terrícola. Asentada en el crisol de una mirada
compleja de la naturaleza, que desaprenda de su cognición todo vestigio
disgregador, fraccionario y determinista para aprender a integral lo contrario
y cismático como entelequia que separa en fronteras epistemológicas la noosfera
del ser, limitando la consciencia a abstracciones que parcelan el conocimiento
y caotizan la realidad.
Pérez y otros[1] mencionan,
que lo real es complejo precisamente porque no funciona de manera
disciplinaria. Por tanto, la pedagogía transdisciplinaria debe abocarse al ser
que aprende desde una praxeología permeada por el error en la transposición
didáctica pero transversalizada por la lógica, ética y estética en su dasein
físico, para lo cual el docente debe apelar a un discurso polifónico y
metafórico que involucre la cultura y a otras disciplinas más allá de la que
trata de enseñar. En este sentido, las rupturas normativas que propician la
fragmentación del saber es una constante en la praxis de un educador
transdisciplinario, pues lo obligan a ser creativo e innovador para superar los
obstáculos epistemológicos que se presentan en su repensar de una realidad que
es cambiante y en movimiento que recursivamente transforma y modifica la
cultura social del ser gregario para adaptarlo ontológicamente a una sociedad
líquida como dice Bauman.
Dentro de esta
concepción viene a mi memoria Carl Jung para parafrasear la influencia de lo
noosférico en el ser, es tan solo hacer consciente el inconsciente. Es
indudable el influjo de la historia en la consciencia del humano, creando
mascaras según Ken Wilber que se oculta en arquetipos que trasciende la
experiencia personal, como remanentes de nuestra evolución psíquica pero que
crean puentes emocionales en la aventura de la vida. Es allí donde se encuentra
lo multidimensional del conocimiento, lo multirreferencial de cada aprendizaje
que cada individualidad interpreta según sea sus arquetipos. De allí que tener
una actitud consciente de la incertidumbre en cada relación de aprendizaje nos
hará comprender que cada aprendiz tiene una historia que se debe respetar y tan
solo pide que se direccione, para que endógenamente emerja un aprendizaje
que adapte sus vivencias a las exigencias sociales que la vida y la
sociedad esperan de él como un proceso de humanización en un mundo ecocentríco.
Dr. Evert Camacho
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
